QUIERE LACHAPELLE PROVOCAR ESCÁNDALO

Imágenes perturbadoras, eróticas y grotescamente glamorosas conforman la exposición Delirios de Razón, en el Colegio de San Ildefonso, con la cual el fotógrafo abisma al espectador en sus propias obsesiones.

Proclama el regreso a sus raíces como “artista serio”, se dice fastidiado “del espectáculo, la vorágine de la publicidad y el mundo del consumo” y, sin embargo, llega a México con la parafernalia de una superestrella para presentar su exposición Delirios de razón / Delirium of Reason bajo el patrocinio de distintas marcas publicitarias.

Es el fotógrafo estadounidense David LaChapelle (Fairfield, Connecticut, 1963), el mismo que dirigió el polémico video Dirty, donde mostró a Christina Aguilera como una mujer hipersexual con tintes sadomasoquistas; también realizó el multipremiado video para la canción “Natural Blues” de Moby, en donde el músico aparece como un anciano y Christina Ricci como un ángel; y es el autor del comercial para la marca de ropa H&M que ofrece una renovada versión de Romeo y Julieta.

Aunque fueron sus imágenes agresivamente glamorosas vinculadas a la moda, al cine y la publicidad lo que desde los años noventa lo convirtió en una celebridad, actualmente el fotógrafo que ha retratado a Madonna, Britney Spears, Leonardo DiCaprio y Elton John se empeña en marcar distancia del mundo del espectáculo y se concentra en una propuesta estética a la que califica como “menos comercial”.

“Más que vender unos zapatos o una bolsa, ahora quiero comunicar mis ideas, las obsesiones que me quitan el sueño, como es la angustia del fin del mundo o el camino hacia la iluminación”, dice quien es considerado un icono del arte pop. “Frente a los tiempos en que vivimos, los artistas queremos que haya un momento de iluminación en el arte”, asegura LaChapelle, acompañado de la rubia y voluptuosa modelo Amanda Lepore, una de sus musas más recurrentes. “Cualquier fotografía de Amanda es un autorretrato mío. No sabían eso ¿verdad?”, dice, provocador. “En realidad yo deseaba ser mujer pero soy talla 13 en zapatos, así que necesitaba encontrarla (a Amanda)”, añade entre risas.

Las imágenes de Amanda, como el conjunto de piezas realizadas por el creador, no sólo reflejan y reinventan a su autor; son espejos que reproducen a la convulsionada sociedad contemporánea. En su obra se cumple cabalmente la sentencia del escritor Jorge Luis Borges: “El arte debe ser ese espejo que nos revela nuestra propia cara”.

El polémico autor en San Ildefonso. Foto: Alfredo Estrella/ AFP

Desandar el camino

Fue entre 2006 y 2007 que David LaChapelle sintió deseos de abandonar el ámbito de la moda y la publicidad. “Siempre me he guiado por mi intuición. En esa época un fuerte sentimiento me decía que debía detenerme y hacer un cambio en mi vida; comprendí que había llegado al final de una etapa”.

Recuerda que se encontraba realizando el video para la canción “Sorry”, interpretada por Madonna, cuando intempestivamente abandonó el set de filmación y escapó a su granja a refugiarse. “En ese momento supe que tenía que salirme de todo eso”, relata el fotógrafo. “Ya me había convertido en un granjero cuando Fred Torres (su amigo y agente) me buscó para invitarme a incursionar en una nueva línea de trabajo. Me preguntó si quería exponer mi obra en una galería”.

El creador comenta que durante un tiempo en Estados Unidos existía una división muy enfática entre los “artistas comerciales y los realmente finos” y era muy difícil saltar de una línea a otra. Pero su particular lenguaje visual le permitió trasladar sus imágenes de las revistas de modas y los videos a los museos y galerías y continuar deslumbrando con su talento sin perder un ápice de su espíritu transgresor. “Ya había dejado atrás las fotografías de celebridades y fue entonces que se empezaron a fijar en mí como un artista más serio”, comenta.

Sin lograr desprenderse de su halo de superestrella, en los últimos años LaChapelle ha exhibido con éxito sus fotografías y documentales en espacios museísticos de Alemania, Argentina, Austria, Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos, conservando la genialidad de una propuesta estética que navega entre el surrealismo y el arte pop. El fotógrafo asegura estar viviendo una etapa más plena como artista, en la que se permite explorar terrenos extremos, desquiciantes, a veces sublimes y otras veces grotescos.

Jesús, Miguel Ángel y las estrellas

Como resultado de ese apetito por situarse en el espacio del arte y dar mayor libertad a su creatividad, David LaChapelle presenta Delirios de razón / Delirium of Reason, la primera exposición suya en México y la más grande en el continente americano. Abierta al público desde el miércoles pasado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el Distrito Federal, es conformada por 64 audaces piezas y curada por Fred Torres. En mil 70 metros cuadrados de arte producido entre 1995 y 2008 el artista ofrece sin concesiones su visión apocalíptica del mundo, una donde la fe se enfrenta al abandono y la belleza desafía a la vanidad. Si en su serie Los Caprichos Goya pintó la obra El sueño de la razón produce monstruos, LaChapelle confirma la premisa con su postura estética ante un mundo convulsionado por fanatismos, vicios y atrocidades atribuibles al uso tergiversado de la razón, y que convierten a la realidad en la fantasía de un mundo onírico donde se exalta al mismo tiempo la suntuosidad y la decadencia.

La exposición está dividida en seis temas que reflejan las obsesiones de su autor: Del cielo al infierno, Renovación, Destrucción y desastre, Decadencia, Sistema de Estrellas y Jesús es mi compañero. La presencia de símbolos religiosos es una constante en la obra de quien ha sido recientemente considerado por American Photo uno de los diez fotógrafos más importantes e influyentes de la actualidad. “La religión está presente en todas las culturas, por eso siempre me ha interesado. Tengo un tío que es sacerdote católico y mi apellido significa capilla”, dice bromeando, para enseguida citar con seriedad que “nadie ha muerto ni ha vivido en el nombre del ateísmo”. El creador asegura que la esencia de la espiritualidad radica en el ateísmo, de ahí que en sus obras busque “rescatar la imagen de Jesús del fundamentalismo”.

En la serie Jesús es mi compañero se observa a Cristo recorrer barrios urbanos populares en un ambiente de rap y hip-hop. Inspirada en escenas bíblicas, otra imagen muestra al Hijo de Dios como intermediario entre una prostituta y unos policías. Miguel Ángel y el Renacimiento han sido una gran influencia en el fotógrafo, como se advierte en Pieta con Courtney Love, donde la cantante, imitando la postura de La piedad, sostiene a un joven rubio víctima de una sobredosis.

El culto al cuerpo humano y al sexo están presentes en Sistema de Estrellas, que exhibe videos y fotografías de las celebridades captadas por su cámara: Angelina Jolie, Christina Aguilera, Uma Thurman y Tupac Shakur, Naomi Campbell, Elton John y Pamela Anderson se revelan de forma poco convencional y se transforman en objetos de deseo. “Ya he dejado de hacer este tipo de retratos, pero me siguen pidiendo que los muestre en mis exposiciones”, reconoce el fotógrafo.

El desnudo es un elemento predominante en sus obras. “Uno de mis grandes propósitos es que el cuerpo humano se vea como algo natural. Las fotografías de desnudos en color suelen considerarse pornográficas, pero me gustaría que se apreciaran sin morbosidad”. Una paradoja: no se permite la entrada a la exposición a menores de 18 años que no vayan acompañados de un adulto.

Inicios Warholianos

David LaChapelle trabajaba como mesero en la legendaria discoteca neoyorquina Studio 54, frecuentada sobre todo por celebridades del terreno del cine y la moda. Fue ahí donde conoció a Andy Warhol quien, sorprendido al ver el portafolio del joven fotógrafo, le ofreció su primera oportunidad profesional en su Revista Interview. Fue precisamente LaChapelle quien hizo la última fotografía de Warhol, en 1987, un poco antes de su muerte.

Su obsesión por la fotografía viene desde que tenía seis o siete años, cuando tomó su primera fotografía durante unas vacaciones en Puerto Rico. Su madre, Helga, se convirtió en su modelo al ser retratada mientras bebía champaña y tomaba el sol ataviada con un bikini blanco.

LaChapelle estudió en la North Carolina School of Arts y posteriormente ingresó a la Art Students League y a la School of Visual Arts en Nueva York. “Empecé mi carrera en los años ochenta. Fueron tiempos muy difíciles, me estaba muriendo de hambre”, evoca. En esa época él y su novio, el bailarín Louis Albert, apenas si tenían dinero para rentar un pequeño departamento.

El sida cobró la vida de su pareja sentimental, como ha sucedido con muchos de sus amigos. Al respecto, el fotógrafo reflexiona: “Cuando eres joven es muy difícil tu primera experiencia cuando alguien muere, piensas que no te vas a reponer de estas tragedias, pero conforme creces te vas haciendo fuerte y eso es parte de ser humano”.

Con el paso de los años su sueño de ser artista y vivir de su trabajo se ha hecho realidad. La versatilidad de sus fotografías empezó a ser reconocida en revistas como Vogue, Vanity Fair, Rolling Stone y GQ. En 1996 publicó su primer libro, LaChapelle Land, donde recopiló una colección de retratos de celebridades como Madonna, Pamela Anderson, Marilyn Manson y Mark Wahlberg. A esta obra le siguió, en 1999, Hotel LaChapelle, ambos editados por Collaway, destacando el intenso colorido de las imágenes.

El libro Artists & Prostitutes, publicado por Taschen en 2006, ha sido uno de sus trabajos más provocadores con impactantes y creativos desnudos como el de la rapera Lil’Kim, quien aparece convertida en un bolso y cubierta sólo con el logo de Vuitton.

Con una proyección más alejada de lo comercial, las imágenes de la colección Awakened, realizada en 2007, inspiradas en Diluvio Universal de Miguel Ángel y ambientadas en Las Vegas, muestras lujosos hoteles en ruinas, iglesias inundadas y cuerpos flotantes que aluden al quebranto de la sociedad. LaChapelle también ha incursionado con éxito en el cine. Su primer filme, Rize, sobre el estilo de danza krumping, fue estrenado en 2005 en el Sundance Film Festival.

Manipulación fotográfica

La muestra Delirios de razón / Delirium of Reason de David LaChapelle es una oportunidad para reflexionar sobre la manipulación de la imagen fotográfica. “Aunque parezcan pinturas son fotografías”, señala el creador.

LaChapelle recurre al arte mural a través de la fotografía de gran formato, de ahí que afirme sentirse identificado con el movimiento muralista mexicano. Dice estar muy orgulloso de presentar su exposición en el mismo lugar donde se exhibe a Diego Rivera.

Sobre su concepto de realidad, el fotógrafo asevera que “todo lo que creamos es realidad y existe. Hay muchos comentarios sobre fotografía y pureza, pero tan pronto diriges el reflector a tu objetivo estás cambiando la realidad. Cuando enciendes las luces estás, de alguna manera, alterando la realidad y entonces te preguntas ¿qué es real?”.

Laura Cortés

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Febrero, 2009