David LaChapelle: El arte de provocar

Lachapelle en Montevideo

Mucho más que un fotógrafo, David LaChapelle es un constructor de arte. Seducido por el surrealismo y el hiperrealismo, se mueve como pez en el agua dentro del universo hollywoodense al cual conoce a la perfección y critica despiadadamente. El glamour y la pasión por el detalle lo han llevado a crear obras con mensajes sociales poderosos que irónicamente han copado las portadas de las revistas de renombre internacional. Hoy, retirado de la esfera comercial, se dedica a la creación artística conceptual y a llevar sus obras a distintos rincones del mundo, como por ejemplo, Montevideo.

De Vogue a Rolling Stone. Desde un paisaje futurista a un desnudo provocador o grotesco, pasando por videoclips musicales, obras de teatro y retratos de personalidades mundialmente conocidas como Madonna, Elizabeth Taylor, Muhammed Alí, Leonardo DiCaprio, Angelina Jolie, Hillary Clinton y Lady Gaga, entre tantísimos otros. Seguramente todos hayamos visto algo de su trabajo en casi cuatro décadas de producción, obras que revolucionaron y siguen sacudiendo la estética kitsch, pop y la fotografía comercial de nuestros tiempos.

Hijo de una generación que vio al Sida cobrarse a sus primeras víctimas, muchos de ellos sus amigos, se comprometió a transformar la tristeza desparramando y contrastando colores estridentes y brillantes. Construyó y mezcló escenarios inspirados en lo barroco con sátiras hiperrealísticas, dándole un nuevo sentido al pop que supo construir Andy Warhol en la década de los 70.

LaChapelle todavía era un adolescente cuando dejó su ciudad natal en Connecticut,

víctima del bullying y del acoso escolar por ser homosexual, para probar suerte en Nueva York. Tras perfeccionarse en Arte en Carolina del Norte, comenzó a exponer en galerías de la “gran manzana”, donde el mismísimo Warhol, conoció y se sintió fascinado por su estilo y le ofreció su primer trabajo como fotógrafo de la revista Interview, lo que impulsó y popularizó en la industria gráfica. “(Andy Warhol) Era un tipo muy simpático, y siempre generoso. Era amable, positivo, no tengo nada negativo que decir de él. Sentía un gran respeto y afecto por quien era y por lo que hacía”, contó el artista al portal Vice.

Esos primeros trabajos gráficos lo catapultaron a otras revistas exclusivas como Vogue, Vanity Fair, GQ, Rolling Stone y Flaunt, donde se codeó con estrellas del mundo del cine, la televisión, la música, la política y el deporte. Luego de estampar su nombre en este circuito, decidió expandir sus horizontes e incursionar en la dirección de videos musicales para artistas como Christina Aguilera, Moby, Jennifer Lopez, Amy Winehouse, Britney Spears, y No Doubt.

De allí, en 2004, incursionó en el teatro, diseñando y dirigiendo con un importante despliegue técnico y artístico, The Red Piano de Elton John en el Caesar?s Palace de Las Vegas. Luego se trasladó al cine, donde realizó el cortometraje documental Krumped que describe y retrata la historia de un tipo de danza hiphopera inspirada en ataques con cuchillos. De allí se lanzó al largometraje Rize, que con una estética callejera y con un poderoso mensaje social, que trataba la historia de las subculturas del krumping y el clowning (comedia corporal) en Los Ángeles de los 90.

Punto y aparte

Como todo revolucionario, tras 30 años de carrera, decidió arrancar la hoja y empezar de nuevo, pero esta vez desde el principio, de cuando era un artista de galerías. Cansado de las extensas y exigentes jornadas laborales, las tentaciones de la noche, y aburrido de retratar a personalidades famosas, se mudó a su casa ecológica en Maui, Hawaii y emprendió nuevos proyectos en una búsqueda de “vuelta a sus raíces”. “Hoy pienso en los revoltosos y bulliciosos 70, llenos de trabajo, fiestas y acción y me doy cuenta que todo lo que era relevante para mí en esa época ya no lo es. Ahora vuelvo al arte y dejo a un lado el trabajo comercial que solía hacer”, dijo a Vice.

Ahora recrea escenarios a la perfección, cuidando absolutamente todos los detalles: “Al contrario de lo que muchos creen, mis concepciones y creaciones no dependen de la manipulación digital. En realidad, me imagino las escenas y las pinto en mi cabeza y luego trato de recrearlas con sets complejos”, contó. “La fotografía que tomo tiene muy pocos retoques porque la escena ya existía inicialmente. De hecho, durante una época mis sesiones fotográficas estaban dedicadas a explicarle al público cómo es el proceso que, casi siempre, es absolutamente análogo. Lo mismo pasaba con los videos, porque todos eran una extensión del proceso fotográfico”.

El objeto de las obras de arte fino al que LaChapelle viró en esta última etapa de su carrera, ya a los 50 años de edad, juega y mezcla la historia del arte moderno con la parafernalia, paisajes que mezclan ambientes urbanos y suburbanos -como si se tratase de una escenografía teatral- que combinan la historia del arte y la cultura

pop contemporánea. Inspirado por El diluvio Universal de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, creó una gran cantidad de series fotográficas con estética religiosa donde aparecen figuras reconocidas y polémicas como una Courtney Love con aspecto virginal, en cuyo regazo se desploma el rockero Kurt Cobain simulando ser Jesucristo, una recreación del Paraíso con una Eva transexual desnuda, o una versión moderna de La última cena de Leonardo Da Vinci, donde una imagen renovada de Jesús es rodeada por personajes que podrían encontrarse por las calles neoyorkinas.

Una de sus series más populares y rupturistas, que afortunadamente se está exhibiendo en Montevideo, es Land Scape, cuyo nombre del inglés consiste en un juego de palabras entre “paisaje” y “escape de la tierra”, que retrata un paisaje futurista donde a partir de una maqueta creada con materiales plásticos como ruleros, bandejas y vasos descartables, latas, cartón, entre otros, reconstruye refinerías de petróleo, algo totalmente diferente a lo que solía trabajar para la industria comercial: “(La fotografía) Tiene que tener un propósito visible y tiene que comunicar algo poderoso. La belleza, en todas sus variantes, debe persistir y tiene que forjar el concepto de la imagen. Este es el fotógrafo que fui y sigo siendo, aunque haya cambiado de rumbo”. Particularmente en Land Scape dejó de manifiesta su preocupación por la crisis ecológica: “Cuando era joven, no pensaba en el final de la existencia humana”, contó LaChapelle a Interview: “Nosotros no pensamos que el final de nuestra propia existencia está a la mano, con sólo vivir. No puedo pensar en la vida en 20 años, con cómo están las cosas en la actualidad”.

En otras obras como Death by Hamburger (La muerte por Hamburguesa, 2001) o I Buy a Big Car for Shopping (Comprar un gran coche para ir de compras, 2002), muestra a una mujer literalmente aplastada por una pieza de gran tamaño de comida rápida, o un auto estrujado por una lata de bebida cola gigante. No son imágenes sutiles, sino más bien críticas de la industria para la cual él supo trabajar. LaChapelle en conversación con The Guardian, aseguró que ama la industria de la moda, la belleza y el glamour pero que con esta obra intenta “transmitir la paradoja sobre el consumo, ese tipo de decadencia de vender la idea de que la felicidad viene con esa nueva adquisición. Comprar una cartera exclusiva por un precio inalcanzable. Me cuestionaba esas ideas que se utilizan para distraer sobre lo que realmente está pasando”.

Este nuevo despertar creativo le permite revisar sus propios conceptos y trabajar en función de sus ideales y sentimientos. En entrevista con Vice contó que “la inspiración viene de dentro. La energía está a nuestro alrededor y en nosotros. Podemos inspirarnos, hay un río de infinitas posibilidades si estamos abiertos a ser un conducto. La idea viene en un sueño o de nuestra conciencia. El significado se revela entonces al intelecto. Me preocupa el hacer más imágenes que encontrar inspiración. Es una llamada. La idea o visión dicta si es hombre o mujer. La visión es ya completa. Mi trabajo es construir y manifestar la visión en el material plano”.

Exposiciones en Montevideo

Hasta el mes de setiembre se expondrán cuatro muestras en distintas salas de la ciudad:

Postmodernidad —Espacio de Arte Contempotáneo (Arenal Grande 1930)

Contemporaneidad – Diálogos imaginarios – Centro de Fotografía (Av. 18 de Julio 885).

Símbolos de Inmortalidad — Agadu (Canelones

1130) Independencia 737)

MEDIA
SALA DE ESPERA

SECTION
PORTADA

DATE
Julio, 2016