PERSIGUE LACHAPELLE LA BELLEZA INESPERADA.
Monta el fotógrafo “Delirios de razón” en San Ildefonso.
Entre Muralistas. David LaChapelle se siente afortunado por exhibir la nueva etapa de su trabajo al lado de los murales de Diego Rivera, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y José Clemente Orozco.
A unas horas de cortar el listón inaugural de “Delirium of Reason”, su primera exposición individual en México, el artista visual David LaChapelle se siente complacido por el hecho de tener como marco el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Además de parecerle increíble el lugar, lo considera el marco ideal para los nuevos rumbos por lo que se orienta su trabajo.
“Estoy trabajando mucho con la estructura de los murales”, explica, “y creo que ver mis murales junto a los hechos en México no sólo es un honor, sino que también informa sobre lo que estoy intentando hacer ahora. Me parece una relación estupenda ver las fotos que estoy haciendo en un lugar y en un país que celebra y entiende la idea del mural”.
De hecho, este fotógrafo estadounidense que también ha dirigido comerciales, videoclips, algún espectáculo de Elton John y un documental sobre el krumping (un tipo de baile que mezcla hip hop con danzas africanas y uno que otro guiño circense), quiere que pongamos más atención a esta nueva etapa y la ayudemos a dejar atrás el cliché de retratista extremo de celebridades (aunque no hay que decepcionarse, que en la exposición sí habrá una probadita de esa etapa que le diera fama).
Para sacudirse el estigma, desde hace unos años se ha dedicado a crear imágenes en las que revisita obras de clásico (como su versión a El Diluvio, pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina) o da su personal interpretación de escenas bíblicas (como en su serie Jesus is my homeboy, siempre con fuertes dosis de humor. Pero en sus imágenes se mantienen tres constantes que ya tenían sus primeros trabajos la abundancia de color, la búsqueda de una peculiar belleza y esa impresión de estar ante el momento congelado de una película.
Ha dicho que busca la belleza en lugares inesperados ¿Cuál ha sido el sitio donde la halló?
Es un basurero tóxico en el Bronx, donde fotografié a una mujer que parecía pintada por Botero.
¿Sueles crear una historia en tu mente para cada una de tus fotos?
Creo una narrativa y me dejo caer. Lo más importante para mi es incluir las ideas de belleza en la creación. La historia es un matrimonio entre narrativa y estética.
Ha dicho que invariablemente hay mucha música en cada sesión. Amo la música. Uso diferente música según el ambiente que quiera crear para la sesión.
Para la sesión de su serie “Jesus is my homeboy”, ¿Qué escuchó?”Mucha música de Jeff Buckely o a Dolly Parton su “Hello God”. (Aunque explica que cuando se trata de imágenes más energéticas, lleva incluso un dj para la ocasión.)
Cuenta una leyenda que compró su primera cámara gracias a un arete que encontró en Studio 54. Era un arete de Paloma Picasso. Yo estaba trabajando ahí como asistente a finales de los 70. En ese entonces yo no sabía que era su arete. Estaba barriendo el confeti blanco de una fiesta cuando hallé. Luego de una semana sin que nadie lo reclamara fui a venderlo. Me dieron unos dos mil dólares por él, que me sirvieron para dejar el trabajo y comprar mi primera cámara.
Su estética y su mundo parecen ser muy atractivos para cualquiera. ¿Por qué creer que sea así? Mis fotos son muy personales. Y algunas veces entre más personal eres, más universal te vuelves. No estoy tratando de hacer fotos para complacer a la gente, sino que me complazcan a mí. Intento hacer fotos que comuniquen ideas y sentimientos. Creo que es muy fácil hacer arte que no sea entendido por la gente; muchos artistas contemporáneos ya no intentan comunicar. Todo es demasiado personal y aleatorio. A mí me gusta el arte que para apreciarlo no te exige ser un intelectual.
Ha mencionado a los fotógrafos Guy Bourdin, Helmut Newton y Diane Arbus entre sus influencias.
Guy Bourdin por su aire surrealista, la construcción de sus sets, su glamour y su decadencia. Helmut Newton por la especificad de su atracción por lo femenino y su consistencia. Y Diane Arbus por su empatía por las personas marginadas y su capacidad para encontrar la belleza en gente a la que no se le dirige la mirada en la calle, de una manera poética y cautivadora.
Texto por Jesús Pacheco
VEINTE AÑOS DESPUÉS
Fiel a su estilo irreverente, David LaChapelle tuvo ayer por la noche su primer encuentro con la prensa mexicana, ante quienes se presentó en compañía del exuberante ícono transexual Amanda Lepore, prácticamente desnudo, cubierto tan sólo con una bata de baño del Hotel Geneve.
Antes los ojos del llamado Federico Fellini de la fotografía, los desnudos no están ligados a discursos pornográficos, como muchos públicos y sociedades aún se empeñan en creer, señaló ante los medios el propio artista.
Enfatizar en lo anterior, dijo, ha sido una de las tantas constantes de su trabajo, siempre en busca de devolverle al cuerpo su halo de divinidad.
Hace cerca de dos décadas, su iconografía visual – siempre contestataria y en veces grotesca – no pudo encontrar eco en las galerías y los museos por lo que solamente en las revistas y los medios comerciales encontró espacios para su expresión.
“20 años después las cosas han comenzado a cambiar. De hecho el escenario ya es otro”, señaló satisfecho David LaChapelle.
Durante la conferencia, llevada a cabo en el Hotel Geneve, el artista también estuvo acompañado de Paloma Porraz, directora del Antiguo Colegio de San Ildefonso, y los curadores Fred Torres y Ery Cámara “Delirios de razón” estará abierta del 4 febrero al 14 de junio.
Texto por Oscar Cid de León
MEDIA
REFORMA
SECTION
CULTURA
DATE
Enero 2009